Intuición y Deriva

El laboratorio Intuición y Deriva: metodologías de convergencia entre arte y ciencia, fue diseñado como un espacio para el aprendizaje colaborativo, inspirado en la deriva como estrategia para la construcción de procesos de investigación interdisciplinares, conectados con el entorno, la naturaleza, las problemáticas locales y las subjetividades.

Orientado a educadoras/es, artistas, investigadores y curiosos, la experiencia convocó a cerca de 40 personas en dos instancias distintas. El sábado 11 de mayo el laboratorio fue realizado en el marco del Congreso de Prácticas de Educación Artística (SEA 2019) organizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, la UNESCO, Balmaceda Arte Joven (BAJ) y la Universidad de Chile en el Centro de Extensión de BAJ, dentro del Parque Quinta Normal. La segunda activación tuvo lugar en el Museo Nacional de Bellas Artes el miércoles 15 de mayo, y se realizó en colaboración con el equipo de Mediación y Educación de dicha institución.

Escuela de la Intuición

La intuición como un campo fértil para la producción de conocimientos es la inspiración del programa de mediación de El Cuarto Mundo – 14 Bienal de Artes Mediales de Santiago, a desarrollarse entre septiembre 2019 y enero 2020. La Escuela de la Intuición busca revalidar la sabiduría sensible del cuerpo y su relación con la naturaleza ante las visibles consecuencias de la relación humano/naturaleza en el siglo 21 y la persistencia de un sistema social y educativo que ha dado supremacía a la razón y al crecimiento como valor.

Así, como espacio de conocimiento abierto, la Escuela propone un camino por diversas metodologías de investigación artística y sensible, tomando tanto del arte contemporáneo como de la sabiduría popular los elementos que, intuitivamente, aparecen como posibilidades para hacer frente a una sociedad sobreestimulada, cambiante y en aparente colapso. En este sentido, miramos la intuición a partir de los postulados de Francisco Varela, quien la define como la intimidad que se mueve con la experiencia, y que otorga un camino investigativo y de conocimiento universalmente accesible, pero único e irrepetible para cada experiencia encarnada.

La Deriva

“Una o varias personas que se entregan a la deriva renuncian durante un tiempo más o menos largo a las motivaciones normales para desplazarse o actuar en sus relaciones, trabajos y entretenimientos para dejarse llevar por las solicitaciones del terreno y por los encuentros que a él corresponden.”
Guy Debord, Teoría de la deriva, 1958

El laboratorio metodológico planteó la estrategia de la deriva – del francés dérive, propuesto por el movimiento situacionista de los años 50’ en la Europa posguerra – como una posibilidad para desarrollar procesos de investigación sensible, interdisciplinares y conectados con el entorno. La psicogeografía -desarrollada principalmente por los situacionistas- sugería abordar la relación con la ciudad y el urbanismo desde una perspectiva que incorporara las subjetividades y emociones propias del habitar y recorrer. Así, la deriva se constituye como una estrategia para vivir la ciudad de una manera distinta a la rutinaria, permitiendo la emergencia de emociones y extrañamientos que pueden dar vida a nuevas formas de comprender y significar el entorno.

Desde una aproximación experiencial, el laboratorio propuso que en grupos de 3 o 4 personas, los y las participantes realizarán una deriva libre, acompañados de una cartulina blanca en la cual cartografiar la experiencia. Tanto en el Parque Quinta Normal como en el los alrededores del Parque Forestal y el Museo Nacional de Bellas Artes, los días de otoño propiciaron un contexto del que emergió todo tipo de registros (dibujos, notas de campo, mapas, videos, fotos, audios), acompañados de reflexiones críticas y sensibles sobre el “habitar no habitual” del territorio.

La socialización de cada una de las experiencias de deriva de los grupos permitió un análisis más profundo sobre sus posibilidades de aplicación metodológica. A grandes rasgos, la deriva como experiencia “en terreno” permite conectar con las posibilidades que el entorno y territorio ofrecen en términos de análisis crítico y de potenciales aprendizajes emergentes del contexto. Asimismo, al proponer un espacio de indagación emocional y personal, las preguntas y temáticas que releva conectan con los intereses y sensibilidades de quienes las desarrollan. Estos dos aspectos se alinean en torno al enfoque educativo STEAM (sigla que en inglés se utiliza para referir la vinculación de las ciencias, tecnologías, ingenierías, artes y matemáticas), adecuado a las habilidades necesarias para un aprendizaje significativo que facilite la integración de las diversas disciplinas.

El laboratorio fue valorado positivamente por los y las participantes en cuanto propició, precisamente, una experiencia sensible y una consecuente reflexión metodológica. Por otra parte, la visualización de una emergente comunidad de personas desarrollando estrategias que sintonizan con el aprendizaje sensible y la necesidad de crear nuevas y distintas formas de conectar en el mundo de hoy, dan luces de que la Escuela de la Intuición tendrá resonancia como espacio de aprendizaje colaborativo.

Equipo metodológico
Bárbara Chávez
Claudia Sanhueza
Antonia Isaacson
Equipo Mediación y Educación, Museo Nacional de Bellas Artes

Producción
Florencia Aspèe

Registro fotográfico
Benjamín Matte V